Este trabajo de titulación se centró en el análisis de la cobertura de la deportación de cubanos en Ecuador por parte de las versiones digitales de El Telégrafo y El Comercio, desde un enfoque de derechos. Además, se comparó su contenido con los tuits destacados que llevaron el hashtag #CubanosEnEcuador. El análisis está comprendido entre el 6 de julio (día en que los cubanos fueron desalojados del parque El Arbolito) y el 31 de julio. Este artículo recoge los resultados. Para leer el trabajo de investigación completo descarga este archivo.
Migración: ¿una amenaza o una oportunidad? Organizaciones como el Alto Comisionado de Derechos Humanos ven a los migrantes como una oportunidad de mano de obra para los países que los reciben, así como actores importantes para lograr el desarrollo económico y contribuir a la diversidad étnica y cultural. Otros individuos, por el contrario, los consideran invasores, delincuentes y una cara más… ¿y los medios?
La manera en que un medio de comunicación se expresa al respecto de temas de derechos humanos influye en cómo los lectores perciben el evento. De acuerdo a Pamela Cruz, periodista e investigadora en temas de migración, el tema migratorio no es nuevo para los medios ecuatorianos. Es más, varias plataformas web nacieron para los ecuatorianos que tuvieron que salir al extranjero en la década del 2000.
Aún así, se siguen cometiendo ciertos errores que perjudican a las personas involucradas y que pueden incitar al odio y rechazo hacia ellas. A continuación se muestran algunos de ellos.
Entre la relevancia y la cantidad
“No cuenta la cantidad sino la calidad”, menciona un dicho. Esto es cierto, sin embargo, en el periodismo, la cantidad de cobertura brindada sí refleja la importancia que le dio un el medio al tema. Noticias que se consideran relevantes, están varios días en la primera plana y son constantemente actualizadas. El una plataforma en la que no existe un límite de datos ni de caracteres, el medio puede aprovechar todavía más para cubrir un determinado tema.
En este caso, la cantidad de cobertura brindada por El Comercio es mucho mayor a la de El Telégrafo. En promedio, El Comercio publicó siete notas al día entre el 5 y el 13 de julio (último día de la deportación). El Telégrafo, en cambio, difundió, en promedio, dos noticias diarias.
La diferencia de cobertura entre ambos medios se ve también a través del número de palabras promedio dedicadas a cada nota. El Comercio, además de haber publicado más información del caso, produce notas más largas que El Telégrafo. Para el primer medio, la deportación significó un evento importante para su agenda periodística, para el otro, en cambio, una noticia que debe ser cubierta, mas no merece mucho tratamiento.
¿Quién está detrás de la nota?
Detrás de cada medio hay varios periodistas. Cada uno de ellos tiene una visión diferente de un tema. Saber quién escribió un artículo permite saber si la persona que cubrió el tema fue la misma durante todo el tiempo. Muchas veces, al cambiar de autor, el enfoque con el que se escribe es distinto, saber esto permite al usuario hacer sus propias valoraciones de la nota. Los artículos sin firma pueden ser interpretados de muchas maneras. La firma es responsabilidad. Al evitarla, la persona que escribió la nota se está eximiendo de esto.
En El Comercio la mayoría de artículos son firmados con el nombre del una periodista: Mayra Pacheco. Sin embargo, no fue posible realizar el mismo análisis con El Telégrafo, en que todas las notas llevan solamente la distinción entre Redacciones. El hecho de que todas las notas no tengan firma da la idea de una falta de reportería de campo. ¿Estuvieron en las afueras del Hotel Carrión los reporteros de El Telégrafo, o solamente transmitieron información oficial publicada en boletines?
Esto es lo que considera Diego Torres, asesor jurídico del Ministerio del Interior. Juan Pablo Albán, abogado de los cubanos que fueron deportados, tiene una opinión similar: “la cobertura inicial fue muy buena, la posterior muy mala”. Albán cuenta que el único medio que cubrió el último día de las deportaciones fue El Comercio, cuando siguió al bus de la policía que llevaba a los migrantes hasta el aeropuerto de Latacunga.
Los resultados del monitoreo muestran esta problemática. Los días con mayor cobertura son el 12 y el 13 de julio. Después del 19, a no se publica nada respecto al tema. ¿Qué pasó con los cubanos deportados? ¿Llegaron bien a Cuba? ¿Pudieron contactarse con sus familiares? ¿Fueron encarcelados? Estas inquietudes parecen no ser relevantes.
En Twitter, sucede algo parecido. El 26 del mismo mes es el último día en que se tuitea con el hashtag. Sin embargo, el día con mayor número de tuits es el 11 de julio, el día del segundo bloque de deportaciones. A diferencia de la primera deportación, esta no tomó por sorpresa a abogados y a defensores de derechos humanos, quienes se encontraban realizando una vigilia en las afueras del Hotel Carrión. Así, decidieron difundir cómo de daban los hechos desde sus redes sociales y el suceso fue tomando importancia en Twitter, hasta convertirse en tendencia en Ecuador.
La palabra es la herramienta más importante para el periodista. Por lo tanto, es imprescindible que le demos un uso correcto. Sabemos, por ejemplo, el significado y las diferencias entre términos como “expulsión”, “deportación”, “movilidad humana”, “refugio”, “tráfico de migrantes”?
- Para conocer acerca del lenguaje migratorio, revisa el glosario de la Organización Internacional de Migraciones
El análisis muestra que, en varias ocasiones, se está utilizando terminología imprecisa. Esto se ve desde la sección dentro de la cual se categoriza a la nota. Tomando en cuenta a la migración como un fenómeno social, que involucra a seres humanos con derechos, las notas deberían ser publicadas en una sección que corresponda a Sociedad o, en su defecto, en Justicia. No obstante, la mayoría de notas de ambos medios fueron publicadas en la sección Seguridad (68%), seguida por la sección Política (14%). De repente, un evento de carácter social puede iniciar ser concebido como político y de seguridad nacional.
Para describir a los cubanos, en las noticias de El Telégrafo destaca la palabra “irregulares”. No existen personas “irregulares”, sino individuos cuya situación migratoria es irregular. Terminología negativa revictimiza e incita al odio hacia un cierto grupo de la sociedad. El Comercio, a su vez, usa frecuentemente la palabra “extranjeros”. Evidentemente, los cubanos deportados eran extranjeros. No obstante, el uso frecuente de la palabra denota una lejanía entre el lector y el cubano migrante. El uso de la palabra extranjero convierte automáticamente al individuo en el “otro”, “diferente” y, por lo tanto, lo aleja de nuestra realidad. Esta lejanía es la que impide que el lector pueda mantener una empatía por los cubanos que pasan por el proceso de deportación, lo cual podría llevar, entre otros factores, a ignorar su destino o el sufrimiento por el que están pasando.
El periodista tiene que conocer el marco legal en el que se desarrolla su hecho. En este caso, las terminologías legales más empleadas varían según el medio y, en varios casos, muestra su posición frente a la deportación. En el caso de El Comercio, por ejemplo, se cita en varias ocasiones a la Constitución y se hace referencia al recurso de Habeas Corpus interpuesto por los abogados. Desde este punto de vista, existe una cobertura con enfoque de derechos.
El Telégrafo, por el contrario, tiene pocas referencias legales y la más usada es la política de Pies Secos. Es decir, el Diario justifica la deportación de cómo consecuencia de una política estadounidense que incentiva a los cubanos a entrar de manera ilegal a Estados Unidos, pero no menciona ninguna de las normas vigentes en Ecuador que defiendan el derecho de los migrantes.
En Twitter, el conocimiento legal de quienes publican es mucho mayor, pues ya vemos con recurrencia terminología como “debido proceso”, “derechos humanos”, “Habeas Corpus”, entre otros. Esto hace suponer que quienes tuiteaban eran defensores de la migración como derecho.
No existe el periodismo sin fuentes
Sean voces oficiales, expertos o testimonios, nunca deben faltar. Las noticias vuelan y, para poder seguirlas, el periodista suele olvidarse de realizar el trabajo más laborioso: el análisis y contrastación de fuentes. Es imprescindible que el periodismo, sobretodo en casos de violación a derechos humanos, vaya más allá de los boletines.
En este caso, no fue así. Diego Torres comenta que ningún periodista acudió a él personalmente durante las deportaciones para pedir su versión. Aquellos que acudieron al Ministerio del Interior lo hicieron solamente a través del departamento de comunicación, del cual obtuvieron las declaraciones oficiales, es decir boletines.
Para el análisis de medios, se categorizó a las fuentes de la siguiente manera: fuentes oficiales, que corresponden a todas las entidades gubernamentales; fuentes de oposición, donde se enmarcan los abogados de los cubanos y defensores de derechos humanos; testigos, que corresponden a las historias contadas por los mismos cubanos; y los expertos, es decir, fuentes “neutras” que explican los hechos desde el punto de vista técnico.
Los resultados arrojados fueron alarmantes. Más de las noticias publicadas por El Comercio sobre el tema tienen una sola fuente. Existen casos en que el texto es una mera descripción de los hechos y no cuenta con un solo testimonio u opinión. Sin embargo, en general, las voces utilizadas son mucho más balanceadas que las de El Telégrafo. De sus fuentes, solamente e 20% difiere de la posición oficial del gobierno.
Twitter como fuente periodística
Sí, no es una simple red social. Algunos investigadores lo consideran una herramienta e incluso un microgénero periodístico. Durante la deportación, los usuarios activos en Twitter compartieron información valiosa que fue descuidada por los medios. Por ejemplo, en cuanto a términos legales, hizo mucho énfasis en lo que significa Ciudadanía Universal y expulsión colectiva, términos que casi no tuvo cabida dentro de las notas de los medios analizados.
Sabemos que el periodista no siempre logra estar en el lugar indicado al momento indicado. Esto sucede por varias razones. El número del personal de ciertos medios es muy reducido y, además, puede estar ocupado con otras noticias. Sin embargo, existen usuarios de Twitter que sí lo están. Estos deberían ser aprovechados por aquellos medios de comunicación. Diana Amores, intérprete y defensora de derechos humanos, logró grabar videos en que los migrantes estaban siendo maltratados por la policía, cubanos que se despedían de sus familias, solicitantes de refugio que estaban siendo deportados, entre otros sucesos. Amores recuerda que solamente un periodista de NTN24 le pidió dichos videos para retransmitirlos en su noticiero.
Tanto en El Comercio como en El Telégrafo, los casos de transmediación son casi inexistentes. El único que resalta sucede en El Comercio, que utilizó un video de un usuario de Twitter en el que la policía golpea a los migrantes detenidos.
Durante los últimos años, el material visual y audiovisual se ha convertido en el producto de comunicación preferido por la audiencia. Si se trata de plataformas web, es necesario explotar estos recursos para contar historias.
Esto es algo que El Comercio manejó mejor que El Telégrafo durante la deportación de cubanos. El Telégrafo, además de una foto de portada que ilustrara la noticia, no produjo ningún otro material visual. El Comercio, por el contrario, sí realizó videos y líneas de tiempo para ilustrar los hechos. ¿Resultados? Estos están entre sus notas de la deportación más leídas. Algo similar se puede ver en el caso de Twitter. Los tuits con videos o fotos son los más compartidos y con mayor cantidad de “Me gusta”.
Para leer el trabajo de titulación completo, descarga el PDF.